Si hay una cosa que falta en el barrio del Albayzín, son plazas porque los musulmanes no contemplaban este espacio tan habitual en la cultura cristiana. Las pocas plazas que hay son fruto del derribo de casas tras la expulsión de los Moriscos, y tampoco podemos hablar de grandes plazas, sino más bien de pequeños espacios abiertos.
Es el caso de la Plaza del Cobertizo un lugar muy desconocido y de difícil acceso entre un entramados de calles y callejones, en ella encontramos una pequeña fuente.
El nombre de cobertizo viene de ese elemento arquitectónico que en época musulmana y ante la estrechez de las calles hacía que estas se unieran mediante pasarelas en su parte superior, pasarelas que luego se convertían en habitaciones y salas de las viviendas. Hemos de suponer que en este entorno tuvo que haber un bonito y tradicional cobertizo que fue eliminado por los cristianos tras la sublevación y posterior expulsión de los Moriscos.
El nombre de cobertizo viene de ese elemento arquitectónico que en época musulmana y ante la estrechez de las calles hacía que estas se unieran mediante pasarelas en su parte superior, pasarelas que luego se convertían en habitaciones y salas de las viviendas. Hemos de suponer que en este entorno tuvo que haber un bonito y tradicional cobertizo que fue eliminado por los cristianos tras la sublevación y posterior expulsión de los Moriscos.
En este caso tiene una pila hexagonal realizad en piedra de Sierra Elvira y una única pequeña taza de la que brota un pequeño surtidor de agua elevada sobre una columna del mismo material.
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